En esta muestra de las rúbricas grafiadas por Napoleón Bonaparte (Córcega, 1769-Santa Helena, 1821), como grafólogo de ocasión y estudio me ciño a los siguientes motivos:
-Si Napoleón, el specimen bajo la optica de mi microscopio ha firmado con su nombre o con su apellido.
-En la intensidad de su trazo.
-En la inclinación de la firma; tanto si es ascendente, como descendente u horizontal...
-En la posición de la rúbrica en el texto, pues he tenido la ocasión de visualizar más de una de sus cartas e indicaciones.
-En el tamaño de su grafía.
-En la longitud de la rúbrica inferior, que nunca es envolvente.
-En la legibilidad de la firma, que a veces es muy sipnóptica y gestual.
-... Y en varios parámetros que se correlacionan con lo que he escrito.
Tengo en cuenta otros factores relevantes tales como el del tipo de tinta vegetal, animal o mineral, la punta de las plumillas de acero en el siglo XIX; dífíciles de regularizar pues a su paso la tinta sobre la hoja deja una mancha heterogénea a pesar del papel secante y las arenillas de piedra pomez. A lo que sumo el lugar de apoyo, almohadilla, tablero, o de la habitación en movimiento porque no hay que olvidar que Bonaparte vivía en su carruaje.
-El lector puede deducir una variada floresta de consecuencias a partir de lo explicitado y siguiendo lo escrito, al que volvere en otras ocasiones. Quede por demas que la rúbrica cuando subraya el nombre y es mayor muetra una personalidad precisa de apoyatura , de reafirmación en los incidentes y en el entorno. Destaco el grueso de la línea base en la etapa de la reclusión de Napoleón en la Isla de Elba y posteriormente en Santa Helena.
-Sirva tambien lo que sigue: los ángulos revelan la austeridad de vida del francés y su sacrificio; la firma -ascendente-, que considero la propia del emperador, denota su ambición, ¡su ambición!; y por ultimo la -B- de Bonaparte, con un frontal alejado del bucle inferior que implica que el corso es decidido; nada le retiene y todo lo acomete sin dilación.
Matías Membiela Pollán